domingo, 13 de agosto de 2017

Ana - Roberto Santiago (2017)

Ana - Roberto Santiago (2017)
Sinopsis

Años atrás, Ana Tramel fue una brillante penalista a la que se disputaban los mejores despachos. Un oscuro suceso en su pasado cambió su vida y ahora pasa sus días entre recursos administrativos en un mediocre bufete, ahogándose en un vaso de whisky. Pero su vida da un vuelco cuando su hermano Alejandro, con el que no habla desde hace cinco años, la llama angustiado. Ha sido detenido por el asesinato de un importante empresario.

Ana pide ayuda a su jefa y vieja amiga, Concha. Necesita la estructura y recursos del despacho para llevar adelante una defensa en la que tiene prácticamente todo en contra.

Acompañada de un peculiar equipo (un viejo investigador, una abogada novel y un becario ludópata) se enfrentará a un gigante empresarial.

Ana, un thriller absorbente protagonizado por una mujer inteligente pero acabada, brillante pero autodestructiva, única.

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Ana dejó hace tiempo sus ansias de hacer justicia entre los más desfavorecidos y vive una vida rodeada de excesos, hombres, alcohol, antidepresivos y tranquilizantes, combinados con su apática dedicación a recurrir multas de tráfico y a no preocuparse ni por el que dirán ni por los demás; ni tan siquiera por volver a ser la gran abogada que un día fue.

La llamada que recibe de su hermano Alejandro, retenido por la Guardia Civil y acusado del asesinato del director del Gran Casino, pone en marcha una maquinaria olvidada por ella y de la que nos da buena cuenta en esta trama. Con ella viviremos el caso desde su comienzo hasta el final del juicio, conociendo todo el proceso del mismo y las investigaciones que acusación y defensa van aportando al caso. Por el camino nos encontramos con el poder que ejerce la influencia del dinero y todo un entramado de corrupción que nos hará desconfiar de todos aquellos que no sean la protagonista.

Si el ritmo en un thriller es importante, en éste se hace fundamental. Ana no para ni un momento, ya sea investigando, hablando con testigos, analizando el pasado de su hermano o mediando en los problemas de sus amigos. Cada acción que realiza está contada al detalle y su vida es una bomba de relojería a punto de quedarse sin batería; nunca explota pero siempre llega al límite. El alojamiento en su casa de una cuñada y un sobrino de los que no tenía conocimiento y la aparición de su exmarido moribundo será la gota que colme el vaso y su paciencia.

El carácter de Ana hace que el relato sea divertido, nos contagiemos de su ansiedad y del espíritu guerrero que emplea con los jueces o con los empresarios del mundo del juego, tanto del legal como de las partidas clandestinas a las que acude. Ana no es ninguna heroína, más bien es un kamikaze, un todoterreno o una inconsciente justiciera a la que sólo le falta una pistola en la mano; si recibe un golpe, pone la otra mejilla, como lo haría su idolatrado Rocky Balboa.

A través de la experiencia que va recabando en distintos casinos, reconstruye el lado sórdido de los jugadores que, acuciados por las deudas, entran en una espiral de deudas con prestamistas, a la necesidad de jugar, a la ruina y a otras situaciones alarmantes. Una enfermedad que ellos no reconocen padecer y que cuando lo hacen puede ser demasiado tarde. Un retrato de la sociedad en la que tampoco salen bien paradas las instituciones que les dan apoyo, ni la clase política que protege estas prácticas. Una vez más, queda claro que dónde hay dinero desaparece la ética; la corrupción está al orden del día y sorprende la facilidad con la que el poder se salta las normas impuestas por ellos mismos. El relato es más real de lo que nos podamos imaginar e incluye todo el espectro de quienes se lucran con la adición que sufren más personas de las que nos imaginamos.

Otro de los frentes de la novela es un caso de violencia de género que compaginará con la trama principal, donde se empleará a fondo y tendrá que vérselas con una jueza que se la tiene jurada por haberse acostado con su marido. El modo desenfadado en el que Ana narra sus experiencias son un aliciente más para seguir sus pasos con la sensación de que con ella vamos a estar más que entretenidos; pero no os olvidéis, el ritmo impuesto es muy alto y a Ana no dejan de sucederle cosas, apenas hay momentos de respiro y estad seguros de que a continuación se desatará el huracán.

Los personajes están bien definidos y se mueven alrededor de Ana aportando fuerza a su protagonismo, el cual comparte en algunos episodios para darnos a conocer a su amiga y socia Concha; a Helena, la mujer polaca de Alejandro que lo complica todo cada vez que interviene; o al teniente Moncada de la Guardia Civil, alguien a quién seguir de cerca y que jugará con nosotros y con Ana en dos bandos.

Una querella criminal contra una de las empresa más importantes del juego, defendida por un gran bufete de abogados; intentará repartir justicia en medio de múltiples adiciones de la moderna sociedad de consumo.

Un thriller muy recomendable, posiblemente el mejor del año.
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2 comentarios :

  1. Hola!

    Sí, posiblemente sea el thriller del año. En mis mejores lecturas va a estar seguro, me encantó, es una novela que lo tiene todo. Espero más pronto que tarde volver a tener noticias de Ana Tramel.
    Un beso

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  2. Todos coincidís en calificarlo como uno de los mejores del año, la verdad es que es tentador, pero no me gusta leer libros con las expectativas tan infladas como las tengo ahora mismo. Es la típica novela que caerá en mis manos años después.
    Besos.

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